Área privada

María ha tenido un día magnífico, le han aprobado la subida de sueldo que solicitó y le han hecho saber lo contentos que están con su trabajo. Se siente fenomenal porque, además, para redondear la buena suerte, el chico aquel que tanto le gustaba ha llamado para invitarla a un café. Pero cuando abre la puerta de su portal, la sonrisa se petrifica en su cara. Los pelos se le erizan y la piel se le pone de gallina. Todo da vueltas a su alrededor y el cielo parece nublarse y amenazar con desplomarse sobre ella. Ahí está el cartel, el temido cartel: “Reunión de vecinos mañana a las 7 de la tarde” ¡¡NOOO!! Hace tiempo que el vecino del cuarto no paga las cuotas de la comunidad y, tras avisarle e intentar llegar a un acuerdo con él sin resultados, se acerca el momento de poner las cartas sobre la mesa y decidir los pasos a seguir. María se teme lo peor, discusiones y problemas hasta que todos se pongan de acuerdo. Pero de lo que no se acuerda, presa del susto inicial, es de que su comunidad contrató hace tiempo un seguro y que, gracias a eso, todo va a ser mucho más fácil. Y para eso estamos nosotros, para recordárselo. 

Vecinos que provocan problemas

El problema que surge en la Comunidad de Vecinos de María no es un caso aislado, por desgracia. Vivimos en sociedad, incluso aunque no tengamos ningún tipo de contacto con nuestros vecinos, somos responsables, en la medida que nos corresponda como propietarios, del edificio en el que se encuentra nuestra casa. Todo gasto, reparación, sustitución de materiales, etc. correrá a cargo de los dueños de las casas que conformen dicha Comunidad. Se supone que cada uno aporta la parte que le corresponde y los problemas se van solucionando, pero, en muchísimas ocasiones, los vecinos no consiguen llegar a un acuerdo o, peor aún, alguno de ellos no respeta las normas establecidas.

Son varios los conflictos que pueden darse con nuestros compañeros de escalera, podemos encontrarnos con propietarios morosos y también están los que provocan ruidos, organizan fiestas y/o pueden tener conductas molestas. Las plazas de aparcamiento en el garaje pueden ser otra fuente de conflictos, desde el que aparca coche y moto en la misma hasta aquel que deja su coche de tal manera que el del al lado tiene que maniobrar durante un rato para estacionar el suyo. La decisión de hacer obras comunes y las derramas, puede haber quién lo acepte y quién no y ponga trabas y problemas ante ello, incluso ante mejoras destinadas a la accesibilidad del edificio y a la instalación o no de ascensores. Estos son ejemplos, pero seguro que a todo aquel que esté leyendo este post se le ocurre o ha vivido en carne propia algún otro encontronazo en su propia Comunidad.

En la de nuestra protagonista de hoy, parecen haber hecho bien las cosas. El primer paso ante una situación de irregularidad por parte de algún miembro de la Comunidad es siempre intentar solucionarlo dialogando. "Hablando se entiende la gente", que reza el dicho. Pero en ocasiones, esa puerta se cierra ante nuestras propias narices. Cuando un vecino deja de pagar las cuotas que le corresponde, por ejemplo, y no se atiene a razones para solucionar el problema, poco se puede hacer más que acudir a la vía legal.

Qué puede hacer Santalucía por María

Cuando María consigue vencer su pánico inicial y, por fin, recuerda que cuando ella estaba de presidenta se contrató el seguro de comunidades iPlus, el sol vuelve a salir y todo deja de girar a su alrededor. Rápidamente consulta las condiciones de la póliza y comprueba que, además de asesoramiento técnico y reparaciones, incluye la cobertura de Protección Jurídica Integral, es decir, reclamación de cuotas de comunidad, reclamación de daños y defensa penal.
Todo controlado, la reunión de mañana va a ser mucho más sencilla ahora que sabe que puede contar con ayuda de Santalucía. Es hora de volver a sonreír pensando en su aumento y en qué se va a poner para su cita con ese chico tan majo.

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