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Son muchas las razones que pueden llevar a una mujer a optar por la fecundación in vitro para quedarse embarazada. Veamos en qué consiste este proceso y qué técnicas existen para llevarlo a cabo.

¿Qué es la fecundación in vitro?

La fecundación in vitro, conocida por sus siglas como FIV, es una técnica por la cual la fecundación de los ovocitos por los espermatozoides se realiza fuera del cuerpo de la madre.

Se trata del principal tratamiento para la esterilidad cuando otros métodos de reproducción asistida no han tenido éxito. Es decir, esta técnica está enfocada, básicamente, a lograr la unión de un óvulo y un espermatozoide en un laboratorio para obtener embriones que puedan después transferirse al útero materno.

La FIV aglutina una serie de procedimientos complejos que se utilizan para mejorar la fertilidad o para prevenir los problemas genéticos, y para ayudar en la concepción de un bebé.

¿En qué consiste la fecundación in vitro?

La fecundación in vitro consiste en una técnica que requiere de profesionales altamente cualificados para ser llevada a cabo.

A grandes rasgos, los ovocitos de la paciente son fecundados en el laboratorio, ya sea con espermatozoides de la pareja o de un donante.

Esta técnica se realiza en cuatro fases principales:

  1. Estimulación ovárica. Consiste en inducir una ovulación mediante la administración de medicamentos hormonales para conseguir una producción múltiple de ovocitos.
  2. Punción ovárica. Cuando al menos tres ovocitos alcanzan los 17-21 milímetros, se programa una punción ovárica a través de la vagina, que consiste en una intervención ambulatoria de una media hora, en la que la paciente es sedada. La mujer puede recibir el alta en una hora u hora y media.
  3. Fertilización in vitro. En esta fase se fecundan los ovocitos obtenidos en la punción de manera artificial en el laboratorio. Este proceso se puede realizar con diferentes técnicas, como veremos a continuación. Los embriones se mantienen en el laboratorio, controlando su evolución, entre dos y tres días.
  4. Transferencia de los embriones. Los embriones obtenidos en el laboratorio son transferidos al útero entre el segundo y el quinto día tras la punción ovárica. Esta parte del proceso se lleva a cabo introduciendo un catéter. No es un proceso doloroso, por lo que se realiza incluso sin anestesia.

Tras el proceso, la mujer ha de guardar reposo durante 24 horas.

Además, una vez finalizada la transferencia embrionaria, los embriones de calidad obtenidos que no han sido transferidos se guardan mediante un proceso llamado vitrificación de los embriones. De este modo, podrán ser utilizados en un ciclo posterior sin tener que realizar de nuevo una estimulación ovárica y todo el proceso completo.

¿Cuáles son las técnicas para realizar la fecundación in vitro?

La fecundación in vitro es una técnica que, como decimos, se lleva a cabo en un laboratorio, aunque no siempre se realiza de la misma manera. Existen distintas técnicas para proceder a la fase de fertilización:

  • Fecundación in vitro convencional. Consiste en colocar en la placa de cultivo un óvulo junto a una gran cantidad de espermatozoides capacitados para fecundarlo.
  • Microinyección intracitoplasmática (ICSI). Consiste en introducir un espermatozoide vivo dentro de un óvulo con la ayuda de una microaguja.

En ambos casos, una vez obtenidos los embriones, éstos se almacenan en una incubadora biológica a 37ºC de temperatura y con una concentración de gases y grado de humedad semejantes a los del cuerpo humano.

El precio de un tratamiento de inseminación in vitro puede oscilar entre los 3.000 y los 5.000 euros, aunque esta cantidad podrá variar en función de la situación de cada paciente. Por eso, al ser tan costoso, es importante que, si estás pensando en llevarlo a cabo, cuentes con un buen seguro de salud que te dé la cobertura que necesitas.

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