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El Mindfulness o también conocido como la Atención Plena o la Plena Conciencia es una filosofía de vida o un estado que permite a las personas que lo practican ser plenamente conscientes de su presente y de lo que ocurre a su alrededor.
Esta práctica tiene un origen que se remonta a hace más de 2.500 años de antigüedad coincidiendo con la época en la que Buda comenzó a enseñar. Aunque se pueda asociar con el budismo, esta práctica no tiene ninguna connotación religiosa, sino que es una herramienta que se utiliza para mejorar la calidad de vida de las personas a través de la meditación.
En Occidente, el Mindfulness lleva unos 30 años practicándose, sobre todo para combatir problemas de estrés, dolor crónico o ansiedad. Aunque estos, no son todos los beneficios de esta práctica. La Atención Plena resulta muy útil también en la educación y la enseñanza. Aprender a concentrarse, retener conceptos, relacionarlos y entenderlos e incorporarlos a nuestros pensamientos son algunos de los beneficios de su práctica.
Practicando la Atención Plena o Mindfulness se consigue tener una conciencia plena del presente, lo que quiere decir que se reconoce lo que está sucediendo mientras sucede, y se acepta el fluir de la experiencia tal y como viene. El aquí y el ahora cobra gran peso. Esto permitirá ahorrar sufrimientos innecesarios por pensar en lo que puede pasar o en lo que pasó.
La atención puede practicarse y entrenarse como cualquier otro músculo. Los resultados se pueden ir viendo poco a poco. Para entrenar la atención solo se necesita dedicar al día entre 5 y 20 minutos. En este tiempo se deben practicar ejercicios de concentración e ir repitiéndolos las veces que sean necesarias. Lo importante en esto es la repetición constante del ejercicio. Poco a poco estos ejercicios irán mejorando la concentración lo que reducirá el estrés, la ansiedad y fomentará la creatividad.

“Alégrate de que todo momento es aquí y todo lugar es ahora” Buda.

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