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Actualmente, los datos de las personas que padecen algún tipo de demencia son cercanos al medio millón de casos, y se calcula que en 2050 las estadísticas se dupliquen hasta afectar a un millón de personas.

La tónica habitual de esta enfermedad es que afecte a personas mayores, a partir de los 65 años, pero lo cierto es que también existen casos de alzhéimer precoz que en los casos más tempranos puede llegar a afectar a personas de 35-40 años.

Qué es

Esta enfermedad se produce a consecuencia de una alteración neurodegenerativa que provoca, de manera progresiva, la pérdida de una sustancia fundamental para el funcionamiento cerebral, la acetilcolina.

Causas

Las causas de la enfermedad son todavía un poco desconocidas. Se sabe que el factor más común en los pacientes es la avanzada edad, pero se desconoce que provoca los cambios en el tejido cerebral. Por lo que también se desconocen las causas del alzhéimer prematuro.

Se sabe que la genética no juega un papel fundamental en esta enfermedad, ya que se estima que solo un 1% es debido a un gen defectuoso heredado. 

Síntomas

Cuando se habla de alzhéimer se pueden englobar los síntomas que alertan de la aparición de la enfermedad en dos grandes grupos:

  • Problemas de memoria. Es el síntoma más significativo de esta enfermedad, pero al comienzo de esta se puede confundir con problemas de fatiga, cuadros de ansiedad y falta de motivación. En sus primeras fases los problemas de memoria son leves despistes de manera frecuente.
  • Problemas psicológicos. Los pacientes pueden manifestar problemas psiquiátricos o depresivos, cambios de carácter, irritabilidad o trastornos del sueño.

Los síntomas que alertan de la enfermedad son:

  • Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana.
  • Dificultad para planificar o resolver problemas.
  • Dificultad para desempeñar tareas habituales.
  • Desorientación.
  • Dificultad para comprender imágenes visuales.
  • Problemas de habla o escritura.
  • Disminución o falta de buen juicio.
  • Pérdida de iniciativa para realizar actividades.
  • Cambios de humor.

Las personas que comienzan a manifestar la enfermedad a edades más tempranas sufren los mismos síntomas que las personas mayores de 65, con la diferencia de que al no sufrir otro tipo de dolencias, estas son más visibles.

Por norma general, suelen ser sus familiares y allegados los que notarán un cambio de conducta y en las habilidades para realizar actividades cotidianas. Las primeras señales suelen manifestarse en el ámbito laboral, debido a la disminución del rendimiento en el trabajo.

Cómo se diagnostica

En el momento en que se perciban algunos de los síntomas mencionados anteriormente, lo mejor es acudir a un neurólogo para que pueda realizar un análisis y concluir si se padece o no la enfermedad.

Para diagnosticar esta enfermedad, el único medio seguro es la biopsia cerebral, pero es una técnica poco utilizada. Lo más habitual es realizar TAC cerebral u otro método de neuroimagen, acompañado de electroencefalograma, analítica sanguínea y una entrevista personal al paciente.

Por desgracia, la EA no tiene una cura aunque ha habido muchos avances en la enfermedad, tanto en el diagnóstico como en los tratamientos.

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