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Tomar la decisión de arrendar una propiedad supone un gran ejercicio de confianza que no siempre resulta fácil. A continuación, te ofreceremos siete consejos prácticos para protegerte y garantizar un flujo de ingresos constante.

¿Por qué es importante proteger tu propiedad?

Proteger la vivienda es una de tus principales responsabilidades como propietario, ya que te brinda seguridad financiera, minimiza los riesgos de impago y daños al inmueble y promueve una relación armoniosa con tus inquilinos.

Una herramienta clave para disfrutar de esta protección es contar con un seguro de impago de alquiler. Este te resguarda contra el incumplimiento del pago de las rentas, cubre los daños causados en la vivienda y proporciona defensa jurídica en procedimientos relacionados con el contrato de arrendamiento. Además, este tipo de pólizas suelen proporcionar garantías adicionales como:

  • Sustitución de cerraduras y limpieza en casos de desahucio.
  • Servicio de mantenimiento.
  • Cobertura de responsabilidad civil, tanto del arrendador como del inquilino.
  • Conexión con profesionales para reparaciones o reformas.

1. Define a tu inquilino ideal

A la hora de seleccionar a tus inquilinos, lo primero que debes considerar son las cualidades que generalmente se relacionan con un arrendatario confiable:

  • Alguien con solvencia económica.
  • Que abone la renta correspondiente en los tiempos establecidos.
  • Persona comprometida con el buen uso y mantenimiento del inmueble.
  • Con buenas referencias.
  • Que se comporte de forma adecuada y sepa vivir en comunidad.

A estas características, se pueden unir algunas complementarias como:

  • El número de individuos que residen en el domicilio.
  • A qué tipo de alquiler se dedicará la vivienda, por ejemplo, como residencia estudiantil.
  • Si se permitirá la presencia de mascotas.

2. Conócelo en persona

La primera impresión es clave, por lo que es esencial entrevistarte cara a cara con los posibles inquilinos de tu propiedad en alquiler. Esta reunión te permitirá evaluar directamente al arrendatario, su comportamiento y resolver cualquier duda. Puedes indagar en su ocupación, necesidades y asegurarte de que sea una persona seria y responsable. También puedes aprovechar este encuentro para acordar detalles del futuro contrato.

Conocer personalmente a los posibles inquilinos de tu propiedad te ofrece la oportunidad de resolver en primera persona posibles dudas que puedan surgir.

3. Revisa su capacidad financiera

Las rentas de alquiler impagadas son una de las mayores preocupaciones de cualquier arrendador. Por ende, a la hora de seleccionar a tus inquilinos, es importante conocer la procedencia de sus ingresos, así como su salud financiera.

Para una mayor tranquilidad, puedes revisar su historial crediticio, comprobar si se encuentra al día con Hacienda o solicitar un estudio de solvencia. Este será, además, uno de los requisitos fundamentales por parte de las compañías aseguradoras para analizar a potenciales candidatos a la hora de que puedas contratar un seguro de impago de alquileres

Si posees un seguro contra el impago de alquiler, no necesitas preocuparte por este punto, ya que será la aseguradora la encargada de evaluar la solidez financiera de tu inquilino.

4. Obtén referencias

Antes de tomar tu decisión final, otra estrategia para salvaguardar tu propiedad alquilada implica la solicitud de referencias sobre tu potencial inquilino. Esta información se puede obtener tanto de arrendadores anteriores que hayan tenido trato con él, como de sus empleadores actuales o anteriores. Esto te brindará una visión más amplia sobre su conducta y grado de compromiso.

5. Refleja las condiciones esenciales en el contrato

El contrato de alquiler deberá detallar, por escrito, los términos, condiciones, derechos y obligaciones de arrendador y arrendatario, cumpliendo en todo momento con la normativa vigente.

Al margen de establecer cláusulas tan básicas como la frecuencia de pago de la renta o su cuantía, el contrato de arrendamiento te permite estipular otros límites que son fundamentales para proteger tu inmueble. Por ejemplo:

  • El número de personas que pueden residir en la vivienda, lo que ayuda a mantener el control sobre la ocupación y el desgaste tanto del continente como del contenido.
  • Aborda la cuestión del subarriendo de habitaciones dentro del inmueble. Al establecer las pautas y restricciones claras -siempre se deberá contar con el consentimiento por escrito del arrendador-, puedes evitar posibles conflictos y garantizar la seguridad del domicilio.

No olvides, asimismo, incluir en el contrato un anexo con un inventario detallado y bien documentado de los bienes incluidos en el inmueble de alquiler.

6. Cambia la titularidad de los suministros

Si bien hay caseros que prefieren conservar la titularidad de los servicios de la vivienda, nuestra recomendación es que la modifiques como una forma de protección. De esta manera, de producirse un impago en los suministros como el agua, la electricidad o el gas, la deuda no recaería sobre ti, sino sobre el inquilino responsable de la misma.

Además, resultará fundamental que lleves a cabo un mantenimiento correcto de la vivienda, conservándola en perfectas condiciones de habitabilidad y uso. De este modo, puedes evitar problemas futuros.

7. Comunícate usando medios escritos

Puede que este último consejo para proteger la propiedad alquilada sea uno de los más básicos, pero también es uno de los más importantes. Sea cual sea la comunicación que deba llevarse a cabo, lo ideal es que esta se haga por escrito.

Si quieres contar con respaldo legal, debes elegir vías como el correo electrónico o WhatsApp, canales cuyo uso está amparado por la Ley de Arrendamientos Urbanos. No obstante, el hecho de contactar de esta manera no implica que debas descartar las notificaciones presenciales o vía telefónica, especialmente si mantienes una buena relación con tu inquilino.

Comunicarte por escrito con tu inquilino permite evitar malentendidos o desencuentros entre ambos, facilitando así la relación.

En resumen, proteger tu propiedad alquilada es esencial para garantizar una experiencia de arrendamiento exitosa. La clave está en actuar con previsión, establecer cláusulas claras en el contrato y mantener una comunicación constante y documentada con tus arrendatarios. Además, contar con un seguro de impago de alquiler puede ser tu mejor aliado en esta aventura, ofreciéndote un plus adicional de protección para salvaguardar tu patrimonio y asegurar tu tranquilidad.


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