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Los deportes extremos son actividades de ocio con algún componente peligroso, que se caracterizan como aquellas que al realizarse suman condiciones difíciles o extremas que implican mayores niveles de riesgo y emoción para quienes las practican. 

Existen muchos deportes extremos, desde tirarse en paracaídas, descender en canoa por un caudaloso río o lanzarse desde un puente con una cuerda, pero lo importante a la hora de practicar estas actividades es hacerlo con las medidas de seguridad adecuadas.

Los deportes extremos siempre implican un cierto nivel de riesgo, por eso resulta clave analizar cada actividad y considerar el nivel de dificultad y el riesgo que conlleva. Si ya te has decidido y quieres realizar alguna actividad de alto riesgo, hay varias medidas necesarias que necesitas tener en cuenta:

  • Preparación adecuada. Los conocimientos teóricos básicos y el entrenamiento previo son indispensables para la práctica segura.
  • Equipo y material idóneo para cada caso y en perfecto estado. Calzado, cascos, protecciones… son imprescindibles.
  • Prudencia que evite el exceso de confianza. Practicar deportes de riesgo no está reñido con el sentido común.
  • Contar con seguros deportivos que cubran cualquier posible imprevisto o accidente que puedas sufrir.

Los deportes más arriesgados

No todos los deportes implican el mismo grado de riesgo. De entre los considerados extremos y no aptos para todos destacan:

  • Paracaidismo y parapente. Lanzarse desde una avioneta en paracaídas o desde una colina, manejando un parapente de manera aerodinámica, no es sencillo y requiere preparación específica y largas horas de entrenamiento previo.
  • Rafting. Consiste en descender un río en balsa o canoa dejándose llevar por la corriente y contando con destreza suficiente para salvar los distintos obstáculos: piedras, saltos, remolinos…
  • Escalada y rapel. Existen distintas variedades de escalada y descenso de montañas, desde las más sencillas, hasta los ascensos en roca o en hielo. Es uno de los deportes de aventura más peligrosos y exige máxima concentración, fuerza y equilibrio por parte de quien lo practica.
  • Puenting y salto en bungee. Absoluta descarga de adrenalina y solo para los más valientes y mejor preparados.
  • Esquí extremo. Entre los deportes de invierno, el esquí extremo, practicado fuera de pista en las cumbres más agrestes es uno de los más arriesgados y de los que requieren una óptima preparación.

Además de estos deportes hay otros muchos, la mayoría relacionados con el disfrute de la naturaleza, que sin llegar a ser extremos, también podrían considerarse actividades de riesgo. Son, por ejemplo, el senderismo y el trekking, el esquí tradicional, el surf y el windsurf, el ciclismo de montaña o de carretera, el buceo o incluso algo tan habitual como el running.

Muchos deportes de riesgo están excluidos de los seguros de vida. Es por ello, que para practicar estos deportes lo ideal es tener un seguro que te cubra cualquier tipo de incidentes durante su práctica. En Santalucía, por ejemplo, existen el seguro de accidentes y el seguro de deportes, modalidad esta última que te cubre en las prácticas deportivas no profesionales. 

La mejor manera de prevenir un accidente es tomar las medidas de seguridad necesarias, no importa cuál sea la actividad que vayas a realizar, siempre debes informarte, tener el equipo adecuado y contar con el apoyo de expertos si es necesario.  

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