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A todos nos gustaría que nuestros hijos comieran bien y, por tanto, comieran sano, ¿verdad?
Sin embargo, no siempre sabemos cómo conseguir que coman sano y que aprendan a llevar una rutina. Por eso hoy te damos algunos trucos que te ayudarán en la misión de conseguir que tus hijos quieran comer sano.
Lo primero de todo, no te preocupes, es normal esa preocupación y que los niños en un principio sean más reacios a probar ciertos alimentos, pero con ciertas pautas lograrás que acaben teniendo una dieta equilibrada. Debes intentar que mantengan una dieta equilibrada y con variedad para que vayan asociando distintos sabores y texturas sin desequilibrar su alimentación. Además, es bueno que prueben en variedad para que no asocien el sabor de un alimento que no les gusta y creen un rechazo hacia todo lo que se parece. Y si te cuesta conseguir que los niños coman fruta y verdura, aquí te explicamos cómo conseguirlo.
Lo segundo que debemos tener en cuenta es que los niños, como en casi todo, nos toman de referencia y, por tanto, nos imitan. Hay que tener cuidado para no transmitirles rechazo hacia ningún alimento que no nos guste a nosotros porque podría condicionarles.
Por otro lado, es muy importante que no sea algo puntual, es decir, que crear una rutina de alimentación saludable. Esta rutina, por supuesto, no se crea de un momento a otro. El proceso que debemos seguir para crear este hábito empieza dándoles a probar algunos alimentos.
A partir de ahí, debemos concienciar a los niños para que entiendan que esa comida les está haciendo bien. Por ejemplo, para crear este incentivo, podríamos gamificar con ellos, es decir, premiarles cada vez que tengan una alimentación saludable o explicarles el bien que están haciendo por ellos mismos.  
Además, es recomendable que tengamos especial cuidado con esa expresión tan famosa en ellos: “esto no me gusta”. Sobre esto hay muchas opiniones, pero lo que te recomendamos es que, en vez de confrontarte directamente con los niños, les des una alternativa para que, después, entiendan que sí que les gustaba y que solamente necesitaban tomarlo con otra textura o con alguna modificación.
Por último, nos gustaría responder a una pregunta muy habitual: ¿Cuál es la mejor edad para crear estos hábitos saludables de alimentación?
Realmente puedes empezar desde que son muy pequeños para que vayan concienciándose poco a poco, pero la edad más recomendable es entre 5 y 7 años para que realmente adquieran una rutina. De lo contrario, si fueran más mayores, sería más difícil poder crear un hábito en ellos.

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