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Solemos relacionar el estrés a una sensación de calor, sudores, temblores e incluso mareos. Sin embargo, el estrés está estrechamente relacionado con los dolores que, en muchas ocasiones, tenemos en la mandíbula por los dientes.
Pero ¿a qué se debe?
En situaciones de estrés no siempre tendemos a mostrar los mismos síntomas. En algunas ocasiones nuestros nervios de la boca se tensan y dan lugar a una tensión interna en los músculos de la cara que se contraen. Cuando estos músculos se contraen con fuerza pueden ocurrir dos cosas que son igual de perjudiciales:
La primera, que los músculos se aprieten entre sí y ejerzan fuerza dando lugar a dolores en las encías o en los laterales de la mandíbula.
La segunda, que la tensión provoque vibraciones en nuestros dientes, que chocan entre los superiores y los inferiores, dando de nuevo lugar a dolor en nuestra mandíbula.
¿Qué es lo que me puede ocurrir?
Lo primero de todo que te recomendamos es que, si tienes un dolor así, acudidas al odontólogo para que te haga una revisión y diagnóstico, aunque por norma general, deberías hacer revisiones periódicas dos veces al año.
Casi todos los dolores deducidos de los anteriores síntomas, son los trastornos de la articulación temporomandibular, el bruxismo (el más habitual, que implica trastornos del sueño o alteraciones en la mordida) o una enfermedad periodontal (que implica molestias, inflamación y sangrado).
¿Cómo puedo solucionarlo?
Debes tener en cuenta por qué ha ocurrido esto. Si es por estrés, intenta evitar el consumo de cafeína las horas antes de irnos a dormir, evitar situaciones de estrés antes de descansar y, muy importante, no irnos a dormir con pensamientos en la cabeza que nos generen ansiedad.
Si crees que puede ocurrirte, intenta tomar bebidas relajantes, despejar tu mente o escuchar música. Y si aparecen los dolores, no olvides asistir al médico.

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