Área privada

El sector de la reforma y rehabilitación continúa viviendo un momento dulce, con unas previsiones halagüeñas para 2022 fruto, en buena medida, del boom experimentado con la pandemia y su efecto tractor.

Unos pronósticos, eso sí, muy ligados este ejercicio a la evolución de diversos condicionantes económicos, con el comportamiento -alcista- de la inflación como punta de lanza, según informa la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac).

De entre todas las estancias domésticas, el cuarto de baño sigue siendo, junto a la cocina, una de las piezas protagonistas en materia de obras de remodelación. Sea cual sea tu motivación a la hora de renovar este espacio y darle un lavado de cara (combatir el desgaste provocado por un uso diario y continuado, buscar mayor funcionalidad y comodidad, mejorar su estética con un cambio de estilo, revalorizar el inmueble, etc.), deberás tener en cuenta que, como toda reforma, su coste final y resultado dependerá de varios factores, todos ellos importantes: el tamaño y estado actual, el tipo de obra a realizar, la calidad de los materiales empleados, etc.

Punto de partida: elementos clave en la reforma del baño

En principio, los trabajos no tendrían porqué representar grandes dificultades desde un punto de vista funcional. Sin embargo, pueden surgir complicaciones (muchas de ellas fáciles de solucionar gracias a un seguro de hogar) si no se tienen en cuenta una serie de premisas y recomendaciones básicas. Estos serían algunos de los principales aspectos para evitar sorpresas y disgustos.

  • En primer lugar, conviene tener muy claros los objetivos que nos planteamos con la reforma (integral o parcial), saber qué buscamos con este proyecto (ganar más espacio, luminosidad, un simple retoque estético, etc.), definir cuándo lo podemos llevar a cabo y en cuánto tiempo puede estar listo.
  • Una vez aclaradas estas metas, resulta esencial planificar correctamente todos los trabajos que se quieren realizar, proyectando las obras de forma adecuada. La mejor manera de hacerlo es contar con el asesoramiento de profesionales que nos ayuden a concretar aspectos cruciales: cuáles serán los elementos del baño, la distribución de los sanitarios y del mobiliario, etc. Además del ahorro económico que supone una obra bien ejecutada, evitaremos improvisar cambios en aspectos no planificados inicialmente.
  • ¿Es necesario contar con un permiso para reformar un baño? Por norma general, los permisos de obra serán diferentes dependiendo del tipo de reforma. Por ejemplo, si se trata de una remodelación parcial, será suficiente con un comunicado de obra o un permiso de obra menor, así como una notificación a la comunidad de vecinos.  Sin embargo, si queremos modificar elementos estructurales (instalaciones generales, tabiques y paredes maestras…) habrá que tramitar un permiso de obra mayor y contar con un proyecto de obra supervisado por un arquitecto.
  • La mano de obra es crucial en el desarrollo de los trabajos. Por ello, nada mejor que contratar a empresas acreditadas y profesionales cualificados que garanticen la calidad y durabilidad de las obras. Y, muy importante, que respondan ante posibles contratiempos y reclamaciones que puedan surgir. En este punto, es fundamental informarnos previamente, solicitar varios presupuestos y comparar con el fin de encontrar aquel que mejor se adapte a nuestro bolsillo.
  • Asegúrate de contar con un buen seguro de hogar que cubra los daños causados por el agua (propios y a terceros), ya que no todas las compañías aseguradoras ofrecen las mismas coberturas en sus pólizas en los supuestos de derrames accidentales, filtraciones, fugas y roturas procedentes de conducciones e instalaciones domésticas.
  • Con independencia de la motivación para acometer la reforma, debemos realizar previamente un estudio pormenorizado de los precios (materiales, sanitarios, mobiliario…), evitando caer en el error de elegir siempre lo más económico. Nuestro presupuesto debe ser realista para evitar imprevistos y contratiempos de última hora.
  • A vueltas con la planificación y ejecución del proyecto, además, se deberá seguir un orden preestablecido, a modo de hoja de ruta, en la reforma para asegurar la máxima eficacia: tras la demolición y desescombro, se abordarán los cambios estructurales en el espacio (tabiquería, huecos para ventanas, puertas, etc.). Acto seguido, la renovación de las instalaciones, tuberías y suministros, el cambio de revestimientos de suelos, paredes y techo para, en última instancia, colocar los sanitarios, muebles y realizar los acabados.

Una vez planificado el trabajo, surge la gran duda: ¿cuánto dinero tendré que emplear en la reforma? Teniendo en cuenta que cada baño tiene sus particularidades y peculiaridades, la realidad es que, el precio final, dependerá fundamentalmente de las calidades de los materiales que elijamos, así como de los metros cuadrados que ocupe.

A modo orientativo, la reforma integral de un baño de cinco metros cuadrados, con calidades medias, podría representar un desembolso de 4.000 euros, aproximadamente. Esta cantidad iría in crescendo en función de la superficie y materiales a emplear.

  • Demoliciones y desescombro: 400 €
  • Instalaciones (fontanería, calefacción y electricidad): 1.300 €
  • Albañilería (paredes, techo, suelos) y pintura: 1.200€
  • Plato de ducha (con mampara): 700 €
  • Aparatos sanitarios, grifería y mobiliario: 400 €
  • Precio total: 4.000 €

Manos a la obra

Con los puntos anteriores claros, analicemos los principales trabajos a realizar dentro de la reforma de nuestro baño, así como sus precios orientativos:

Demoliciones y desescombros

Lo primero será demoler los pavimentos y revestimientos (azulejos, baldosas, escayola), desmontar los sanitarios, la bañera o plato de ducha, junto al mobiliario existente para, posteriormente, proceder con el desescombrado. En este punto se transportarán los desechos al contenedor, vertedero autorizado o punto limpio. El coste total, tasa incluidas, puede rondar los 400 euros.

Instalaciones de fontanería, calefacción y electricidad

¿Reparación o renovación? Conviene tener muy presente que la factura variará sensiblemente -al alza- si hay que cambiar instalaciones con desagües, fontanería y electricidad. Una revisión y mantenimiento de estas constituye una opción más económica, si bien a la larga, con su envejecimiento, puede acarrear complicaciones.

  • La fontanería debe ser de calidad (tubos de PVC, cobre…) para evitar problemas a futuro como pueden ser unas hipotéticas filtraciones de agua. Los trabajos de fontanería (instalación de desagües y tuberías -incluyendo el circuito de calefacción-, colocación de llaves de corte, bote sifónico y grifería, etc.) oscilan los 600-750 euros.
  • Del mismo modo, una instalación eléctrica de calidad (respetando la normativa de distancias mínimas respecto a las zonas de agua) es fundamental para garantizar la máxima seguridad en el baño. Rozas y cableado, nuevos puntos de luz, iluminación, interruptores... vendrán a costar 700 euros.

Albañilería y pintura

Avanzamos en el proyecto. Los trabajos de albañilería incluyen el saneado y nivelado previo de paredes y suelo, el alicatado y solado del pavimento con todos los elementos de fijación, agarre y sellado necesarios, así como ayudas de albañilería complementarias durante la obra. El precio se sitúa, de media, en torno a 1.200 euros.

A la hora de elegir los materiales, debemos trascender los criterios meramente estéticos, decantándonos por productos durables, que soporten bien el agua y la humedad, que sean higiénicos, antideslizantes, aislantes térmicos, etc. Eso sí, teniendo muy claro que la piedra o la cerámica, por ejemplo, son más costosos que otras opciones como el papel pintado o la pintura. Por ello, apostar por pintar los azulejos o pegar adhesivos y vinilos pueden ser recursos muy económicos para dar un nuevo aire al baño.

Del lado de la pintura, los distintos trabajos a realizar (saneado del techo, lijado, emplastecido, alisado y varias manos de pintura plástica y transpirable) podrían suponer unos 130 euros más.

¿Bañera o plato de ducha?

He aquí uno de los principales motivos para enrolarse en una reforma del cuarto de baño. Una decisión que puede resultar complicada, en la que se debe tener en cuenta factores tan importantes como la funcionalidad, la comodidad y la estética.

Hoy por hoy, el plato de ducha sigue siendo la opción favorita por los consumidores, si bien la elección de la bañera gana cada vez más adeptos. Entre las principales ventajas de la ducha encontramos:

  • Ahorra espacio en el baño (se pueden diseñar a medida, optimizando la distribución de la estancia).
  • Permite elegir entre múltiples opciones de diseño y materiales (acrílicos, porcelana, piedra natural, etc.).
  • Incrementa la seguridad para todos los habitantes de la casa, en especial de los más pequeños, los mayores y las personas con movilidad reducida, gracias a su accesibilidad, a los materiales antideslizantes que incorporan y a una mayor ergonomía.
  • Además, la ducha suele ser más fácil de limpiar, es más higiénica (gracias a sus tratamientos antibacterianos) y conlleva, por lo general, un ahorro importante en la factura del agua, evitando un mayor despilfarro.
  • Los platos de ducha suelen incorporar mamparas, un elemento más estético e higiénico que las cortinas de ducha.

Sustituir la bañera por un plato de ducha de calidad básica-media se situaría entre 700 y 1.200 euros, incluyendo la mampara. En este punto, remarcar que una mampara corredera es más cara -y más delicada- que un panel fijo de vidrio. Si nos decantamos por esta segunda opción podremos ahorrarnos un 30 % del precio.

Sanitarios y mobiliario

Los sanitarios son elementos indispensables en todo cuarto baño, con independencia de la superficie y tamaño que ocupe la propia estancia, o su diseño.

De nuevo, las calidades influyen decisivamente en el precio final. Así, de media, la compra de sanitarios incluyendo lavabo e inodoro (con distintas modalidades de instalación: suelo, suspendidos, incrustados en el mobiliario), bidé (en desuso en muchos hogares, sustituido por un grifo de pared), griferías, accesorios y complementos suele tener un coste aproximado de 400 euros.

Con vistas a ahorrar, conviene apostar por elementos que ayuden a optimizar el uso de agua y energía, apostando por cisternas de doble recarga o griferías con sistemas integrados de reducción del caudal.

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